Mi abuelo y mi padre me enseñaron cómo manipular el cuero, a partir de ahí inicié mi camino.
Fundo mi primer taller a los 18 años, en él empiezo a experimentar y a producir mis primeras piezas.
Fui desarrollando y enamorándome de cómo estiraba el cuero y hasta donde podía llegar, nunca me ponía límites.
Con el paso de los años descubrí propiedades del cuero con las que podía realizar las formas que quisiera.

Mi obra nace de la percepción de la naturaleza.
Para mí, mi taller es mi templo.
El cuero en sí es mi forma de pensar.
Me definen como el Alquimista del Cuero, creo que es una buena definición para mi forma de trabajar y mi forma de ser.
Colaborar con marcas como Loewe ha sido una experiencia única y un trampolín para colaboraciones con otras marcas y con otros proyectos.

Creo firmemente que la artesanía es un ciclo que se completa cuando traspasas tu experiencia a los demás, por eso comparto desde mi corazón mis conocimientos en cada curso que imparto.
También he tenido la suerte de traspasar el oficio a mi familia.
La siguiente generación continuará cultivando la artesanía como estilo de vida.